Una más

febrero 24, 2008



Estoy aquí escribiéndote de nuevo y una vez más una carta que no se si leerás. Pero yo necesito contártelo, o al menos dejar presencia de mis sentimientos. Recuerdo tu nombre, recuerdo tu voz, y vivo soñando con que seas mío y vivo pensando en aquellos besos que me dabas y el alma me arrebataban y sintiendo tus manos acariciar mi rostro despacio mientras me dices: “me gustas”. Mientras me besas, me besas y me dejas sin fuerzas revivo emociones y sentimientos, pasiones y locuras que solo con enredar mi mano con la tuya fluían por mi cuerpo por primera vez. Si por primera vez siento que estoy viva, y que estoy muriendo por tenerte, que por primera vez me digo me has utilizado para darla celos y yo como una imbécil me he dejado usar, pero al unísono otra voz me dice “pero le quieres”. Sí, te quiero y es lo único en lo que todas mis voces se ponen de acuerdo. No hago otra cosa que pensar en ti y es que no puedo evitarlo y no sé si será obsesión o será amor pero yo solo oigo tu nombre en mi cabeza cada vez que suena una canción. Sólo sé que no quiero olvidarte pero no sé si quiero o no olvidarme de lo que siento por ti, no puedo evitar recordar aquel beso que para ti fue un error, aquel beso que te robé, recordar cómo cada vez que te veía besarla se me encogía el estómago y el corazón añicos se me hacía, mientras mi cara se desencajaba y poco a poco mis venas se me hinchaban viendo que a quien estabas besando se ocupaba más de disfrutar con mi dolor que de tus besos.

Y así ahora me limito a soñar, que es lo que me queda tras haber comprendido que nunca llegaré a estar contigo como yo quiero, tras haber comprendido que a veces es mejor un amigo que lo que yo quiero. Tras haber comprendido que siempre habrá otra mujer a tu lado y que no seré yo. Y a soñar me limito que es gratis y solo cuesta el sufrimiento de uno, de aquel quien tras despertar ve la realidad y se echa a llorar porque no ve la luz. De aquel que ama sin ser amante-amado. Y soñar contigo es lo que hago, este despierta o dormida, a solas o entre la multitud.

No sé si crees en el destino, yo al menos sí. Y sé que estábamos destinados a encontrarnos en el camino de la vida para que me enseñaras que la vida merece la pena, para abrirme los ojos y descubrirme que soy capaz de sentir, para hacerme reír y llorar para hacerme necesitar un abrazo amante y no sólo un abrazo amigo, para hacerme vibrar, para darme a conocer que es amar. Para que pudiera decir como hoy te digo que el sol brilla sólo cuando te veo, que si hay luz en mi camino es porque tú estás en él, que si el cielo no se tiñe de negro es porque tú lo tiñes del azul de tus ojos cuando me miras, que si me quemo es porque tan sólo tu recuerdo me quema, que si no sé dónde estoy es porque me haces sentir el cielo azul del paraíso y aun tiempo las llamas del infierno, que si estoy viviendo y muriendo al mismo tiempo es porque estoy enamorada de tu ser, que si estoy enamorada de ti es porque nadie antes que tú a conseguido robarme el alma en un beso ni a hecho que le robe un beso.

Puedo decirte que te echo de menos, que quiero verte y tenerte, que me muero por saber a qué saben tus labios, y por acariciar tu piel, porque seas mío no sólo un rato y no sólo en sueños, que… que daría mi vida por ti, que eres el único al que me sería imposible serle infiel pero el único con el que sería infiel, que mis latidos se apagan cada vez que te despides asta mañana, y que si mi corazón late es porque le das la vida que le faltaba, que das sentido a mi vida pero realmente sólo puedo decirte una cosa, dos palabras para resumirlo todo: TE AMO, siempre lo haré. No puedo dejar de hacerlo aunque haya tratado de intentarlo más de mil veces en este momento. Se acabó. Dejaré de intentarlo, comprendí que es imposible besar otros labios y no pensar en ti. No lograré nada con estas palabras, pero quiero que sepas, si es que llegas a leerlas, que no son mentira. Que cada letra la siento, que ahora mismo se me hace un nudo la garganta y no soy capaz de evitar las lágrimas. Por eso, porque no quiero que me veas llorar, ni quedarme sin voz cuando te lo esté intentando decir te escribo lo que siento. Porque no conozco otro lenguaje desde que siento todo esto por ti, por eso dejo que las palabras dibujen los poemas que me haces sentir. Suspiro porque no me cabe, porque ya no sé dónde guardar mi corazón porque va creciendo cada día. Me levanto pensando cuánto te quiero y cuanta falta me haces, y me acuesto pensando, creyendo, que no es posible amarte más de lo que te amo, pero a la mañana siguiente mi corazón ha crecido y te quiero aún más.

Me pregunto dónde está el fin de este amor, si es que lo hay; si algún día se hará realidad alguno de mis deseos. Y en noches de lluvia de estrellas aprovecho cada una de ellas para pedir mi único deseo, que al menos no te separes de mí y que siga esta amistad que hemos comenzado. La luz se me convierte en oscuridad y la luna, a la única a la que puedo confesarle mis sentimientos, anoche me abandonó. La he buscado pero tampoco la encuentro, como tampoco me encuentro desde que me enamoré de ti. Vivo de los momentos y me alimento de los besos que me das.

Tu sinceridad, tus gestos, tus miradas cada vez me hechizan más. No sé cómo puedo seguir llevando esto así, pero sé que lo haría durante toda mi vida si con eso te sigo teniendo un poquito. No siento que pierda el tiempo, pero no siempre me siento bien. Cuando estoy contigo, sí. No puedo evitar en esos momentos que tu compañía me haga sentirme bien. Pero tampoco sé cómo evitar que cuando no estas junto a mi, el mundo se me caiga encima y me sienta en un profundo pozo rodeada de caimanes y de perros que se alimentan de lo que queda de mí. Son muchas las cosas que quiero decirte y pocas las palabras que hay, y tampoco quiero aburrirte y cansarte para luego conseguir que pases de mí.

Así que acabaré diciéndote que siempre estaré contigo aunque siga sintiendo los colmillos afilados de los vampiros sedientos de sangre en mi cuello, aunque siga sintiendo que las mariposas de mi estomago se convierten en parásitos cuando no estás a mi lado, aunque el sol se me apague y aunque sea un cuerpo vacío porque mi alma errante siga en tu busca. No esperaré nada, tiraré por la borda la ilusión y seguiré luchando para mantenerme en pie. Porque sólo me importas tú, porque eres mi vida, mi aliento, eres la única persona que realmente me conoce tal como soy y aunque las cosas hayan sido como fueron los dos somos responsables y nos merecemos una nueva oportunidad y empezar de cero. Sólo quiero eso, tu amistad. No te pido nada que no puedas darme.



  • Share:

You Might Also Like

0 Comments